martes, 31 de marzo de 2009

Dejad que los niños se acerquen a mí

Una vez tuve la oportunidad de escuchar la oración de un niño muy muy querido para mí, con sólo 5 años. Por aquel entonces él estaba muy preocupado ya que tenía ciertos problemas de salud, muy molestos la verdad y es que, con sólo 5 años, tenía dos almorranas y una fisura (¡pobre angelito!). El caso es que acostumbraba a rezar con sus padres y, como cualquier niño feliz con todo cubierto, no pedía grandes cosas, él en concreto, siempre pedía un sugus de limón; su madre siempre le decía que pidiera alguna cosa importante y difícil, porque Dios era muy poderoso y era capaz de cualquier cosa. Una mañana de domingo se levantó con muchos escozores y molestias en salvase la parte y estaba muy inquieto, su madre intentó calmarle con algunos remedios caseros (lavados de agua fría) y no tan caseros (pomadas y cremas) y nada le calmaba; llegó el momento de la oración de domingo con sus padres y entonces, lo vió claro, iba a poner remedio a todos sus males, levantó sus manitas imitando a sus padres y dijo "Dios, te pido que me metas todos tus poderes y tus magias por el culo, para que me deje de picar, te lo pido, Señor".
Aunque afortunadamente no se produjo el deseo (eso también tiene que doler), la pomada le hizo efecto y se logró calmar.
Y esto es amigos, la oración sincera de un niño, donde no tiene vergüenza, tan sólo un problema real y una solución que, para él, era buena, ya que su mamá se lo había dicho. Mucho que aprender de la forma que un niño tiene de ver las cosas.

1 comentario:

Juan Escribano Valero dijo...

Hola Amparillo: Muy buena esa historía a mi me ha enternecido, intentaré cuando rece hacerlo con la sencillez de ese niño.
Un abrazo y mi lema cuaresmal
POR QUE DIOS EXISTE SOY FELIZ