domingo, 23 de agosto de 2009

La vuelta al cole

Pues ya lo veis, estoy de vuelta que aunque la vuelta al cole siempre fue vuelta al cole, este año estoy muy contenta en estar de nuevo en casa. Es cierto que el trabajo fuera de casa no empieza hasta el 1 de septiembre, pero este año, por circunstancias extrañas de la vida, me alegra volver a casa.
Como si fuera un año nuevo, para empezar este nuevo ciclo me he propuesto algunos objetivos. Esta costumbre la llevo haciendo casi de una forma inconsciente desde que era una niña. Por aquel entonces por estas fechas me proponía aprobar todas las asignaturas con buenas notas, ser más obediente y ahorrar dinero para comprarme pijaditas múltiples de diversos precios; el rango económico era muy variado, podía ir desde un estuche nuevo hasta unos patines a la última moda, y claro está, era decir mucho para una chica de 9 años que tenía una paga de 200 pesetas a la semana y que se me olvidaba cada vez que me cruzaba con la tienda de enfrente de casa de chuches y frutos secos (recuerdo que tuve una congelación de sueldo que duró muchos años). Cuando fui creciendo esta costumbre se fue arraigando en mí sin darme cuenta, ahora recuerdo que todo comenzaba cuando llegaba finales de agosto y había ido a comprar los libros nuevos para ese curso, los bolis, gomas y otros aperos estudiantiles; cuando sacaba los libros de las bolsas, los forraba y les ponía mi nombre, era ahí cuando en mi cabeza imaginaba lo que quería ese año, los deseos parecían nuevos, pero no lo eran, se repetían revestidos con algún matiz nuevo, sacar buenas notas, conseguir que me ampliaran la hora de llegar a casa y ahorrar algo de dinerito para comprarme ropa (por aquel entonces me sentía tan mayor que ya desistí de los patines nuevos, ya salía con mi cuadrilla de amigas, incluso una de ellas tenía novio), recuerdo que a lo más que llegué fue a comprarme una camiseta, por aquel entonces, con mis 14 años y mis 500 pesetas de paga, no me daba para todo lo que me proponía, así que… decidí seguir creciendo, ¡a ver que remedio!, tras duras negociaciones por una subida más que justa de paga, no hubo forma de conseguir estar en la media de mis amigas (1000 pesetas, ojo que era una media, algunas tenían 1500 pesetas semanales) eso sí, me sentí ganadora en las duras negociaciones de la hora de llegada, consiguiendo 1 hora más respecto al año anterior (mis hermanas esto no lo consiguieron en su momento… ¡triunfo para la pequeña!)
Este año me propongo rendir en mi trabajo lo más que pueda, pero para variar, sin pasarme de la hora de salir para poder pasar más tiempo con mi familia (es el proyecto más importante y desgraciadamente siento no dedicarle el tiempo que se merece); también me he propuesto cuidarme un poco mejor, claro que, como ir al gimnasio es muy caro, por lo menos proponerme salir a andar o a correr; por último (aquí va un clásico en mi trayectoria de deseos) me he propuesto intentar luchar por un sueldo un poco más justo, nos os digo lo que cobro porque me da vergüenza. Y quizá os preguntareis ¿y que quiere comprarse con lo que ahorre esta vez? Quizá en otro post… porque este gran sueño lo merece, mi gran proyecto…

2 comentarios:

María dijo...

Hola, Amparo:

Perdona que no haya venido antes, es que no he podido, pero en cuanto he tenido un rato vine aquí volando para darte un abrazo, y las gracias por tu preocupación, por los comentarios dejados en mi blog, aunque yo también hace días vine aquí para saber cómo estabas, y me alegro muchísimo que ya estés de vuelta entre nosotros, la verdad es que te echaba de menos, tus visitas, tus posts en tu blog.

Yo este año no he podido ir de veraneo por unas circunstancias imprevistas, pero la vida llega, a veces, con curvas y hay que tomarlas como vengan, ya vendrá otro año y podré disfrutar de ellas.

Dentro de mis circunstancias personales, voy tirando, y es que, ya sabes, la vida es un caer y levantarse.

Ya llega el comienzo de curso, poquito queda ya, y está bien proponerse una serie de objetivos, lo encuentro muy positivo.

¿Sabes? hace mucho que no sé nada de tu padre, espero que se encuentre bien.

Amparo, seguimos cerquita, y te mando un besazo enorme.

Juan Escribano Valero dijo...

Amparo, tanto tu madre como yo nos gusta tenerte cerca a si que tambien estamos contentos de que ya estes en casa.
Muchos besos